Huerto vertical.
Continuando con la elaboración de nuestro huerto. Realizaremos una labor en grupo, así que cada uno de nosotros tiene ya asignado una planta, de la cual elaborara una ficha técnica. Para saber cual es tu planta, aquí el enlace.
Entonces debes de realizar una pequeña investigación y colocar, el nombre científico de tu planta, así como una figura como la de arriba que permita conocer a la planta desde la raíz hasta sus inflorescencias y sus frutos.
Donde crece, que cuidados se deben de tener. Como son especias entonces su aplicación en la cocina y por supuesto una receta sencilla que incorpore tu planta. Realizaremos un documento conjunto así que además de imprimirlo llévalo en una USB. Debes de acompañarlo de las referencias de donde obtuviste la información.
Tenemos también una lectura muy bonita, LOS 4 PRINCIPIOS AMBIENTALES DE BARRY COMMONER. Realiza tu resumen en el cuaderno y sobre todo tu reflexión y opinión sobre el mismo.
medicina tradicional mexicana.
_____
PEDRO MEDELLÍN MILÁN
Profesor Investigador de la UASLP
Publicado en Pulso, Diario de San Luis
Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 12 de noviembre de 1998
San Luis Potosí, México.
URL:http://ambiental.uaslp.mx/docs/PMM-AP981112-4PrincipiosAmbientales.pdf
El año pasado celebramos el cumpleaños número 80 de Barry Commoner, un
profesor universitario excepcional. Commoner ha hecho varios de los aportes más
originales al conocimiento de la problemática ambiental moderna. Mucho antes de
que se hablara de desarrollo sostenible, fue uno de los primeros grandes críticos del
desarrollo tecnológico de este siglo, pero también un gran conceptualizador de la
integración entre la ecología -que en aquel entonces estudiaba principalmente los
ambientes naturales- y los problemas ambientales generados en los ambientes
construidos por el hombre.
Correspondió a Rachel Carson dar la voz de alarma en su famoso libro "La
Primavera Silenciosa" (1962) varios años antes de que Barry Commoner publicara
"El Círculo que se Cierra". Sin embargo fue en este libro donde Commoner expuso
en 1972 lo que probablemente sigue siendo la explicación más lúcida del impacto
de las actividades del hombre en la ecosfera, que es la capa vital del planeta, con
sus complejas e infinitas interrelaciones entre los seres vivos que la pueblan y entre
éstos y su habitat. Pero sobre todo, este investigador todavía activo, dejó muy claras
las causas directas del deterioro ambiental y supo asociarlas con sus implicaciones
sociales, económicas y políticas. La asociación más contundente y directa fue con la
industria moderna y las características particulares que le han impreso la lógica del
mercado y la falta de democracia, que van de la mano de los descubrimientos
científicos y tecnológicos que alimentaron dicha industria.
En esta ocasión sólo quiero comentar lo que Commoner llamó las cuatro "leyes" o
principios de la ecología, pensados sobre todo en relación con lo que la gente, en
aquel tiempo, parecía no entender. Lo grave es que, según mi experiencia, esta falta
de entendimiento sigue ocurriendo, sobre todo en el caso de la inmensa mayoría de
las personas que tienen una responsabilidad institucional. A continuación comento
a mi manera estos cuatro principios, incluyendo información y conceptos que se
han generado en los 26 años transcurridos desde entonces y que refuerzan la
importancia de estos principios:
1.- TODO ESTÁ RELACIONADO CON TODO LO DEMÁS
La naturaleza es compleja y funciona a través de un sinnúmero de ciclos
interrelacionados que nutren toda su dinámica, le dan estabilidad y hacen que todo
sirva para algo. En la naturaleza no existe el concepto de desecho, mientras que en
los procesos industriales sí. Éstos son lineales, son impositivos, no cumplen una
función en los ciclos naturales, sino que los perturban y generan deterioro y
contaminación. Apenas ahora, tibiamente y con desgano, como no queriendo
tomarlo en cuenta, se están elaborando evaluaciones de impacto ambiental para
tratar de entender estos efectos antes de iniciar un proyecto productivo. Pero
frecuentemente esto se reduce a hacer las cosas como siempre o casi como siempre,
y viendo cómo ponemos parches por aquí y por allá. Seguimos siendo incapaces de
sustituir la soberbia y los intereses particulares con la prevención.
2.- TODO VA A DAR A ALGÚN LADO
Durante mucho tiempo se quiso pensar y actuar como si las descargas, emisiones y
residuos desaparecieran por arte de magia. Después se pasó a reconocer que sí se
incorporaban al ambiente, pero se suponía que se diluían de tal manera que su
amenaza desaparecía. Se decía que "the solution to pollution is dilution", esto es,
que la solución a la contaminación es la dilución. Mucha gente aún quiere pensar
así, y actuar como si esto fuera cierto, a pesar de que las evidencias dan ejemplo
tras ejemplo de lo contrario: el recalentamiento del planeta por la acumulación de
gases de invernadero; la gradual desaparición de la capa de ozono por la
acumulación de clorofluorocarbonos en la atmósfera (con el último incremento
anual, el agujero de ozono llegó a los 27 millones de kilómetros cuadrados, trece
veces y medio el territorio nacional); la acumulación de sustancias tóxicas en los
ríos, lagos y mares, en el aire y en los suelos; la lluvia ácida que se genera por la
acumulación de gases en la atmósfera (SO2, NOx) y que acidifica lagos y suelos; el
"smog" fotoquímico por acumulación de hidrocarburos, dióxidos de nitrógeno y
otros en el aire urbano, y de todo esto, daño y acumulación en los seres vivos.
Sumemos a esto la acumulación al deterioro ambiental: pérdida de suelos; pérdida
de bosques y otros ecosistemas naturales; pérdida de biodiversidad, esto es, de
especies animales y vegetales que se han extinguido por acción del hombre y que
jamás volverán a existir. Esta contaminación y deterioro son, casi todos y en un
grado importante, irreversibles.
3.- NADA ES GRATIS
Cualquier actividad que desarrollemos sobre la tierra para nuestro sustento,
bienestar o capricho, tiene un costo. Esto también se ha tratado de ignorar. El
resultado es que los costos ambientales no los paga quien los produce, sino que se
repercuten a todos en general y a quienes resultan directamente afectados en
particular. Inclusive se han dicho frases tan necias como "la contaminación somos
todos" que sólo tratan de enmascarar las verdaderas responsabilidades. Gran parte
de nuestras actividades productivas de la tecnología moderna serían
antieconómicas si los costos ambientales se interiorizaran, a más de que muchos de
estos costos ambientales son impagables: la pérdida de suelos agrícolas, la
contaminación irreversible de los mares, el sufrimiento de la gente dañada con
enfermedades etc. Por ejemplo, Barry Commoner calcula que si la industria
química de los Estados Unidos hubiera tenido que pagar la destrucción de todas las
sustancias tóxicas que produjo en 1990, habría pagado un monto diez veces mayor
que sus propias utilidades. Es decir la industria química de los EUA habría sido
incosteable si esta hubiera cumplido sus obligaciones ambientales.
4.- LA NATURALEZA ES MÁS SABIA...
El hombre dijo que dominaría la naturaleza y en esta lucha de poder y antagonismo
-así lo planteó el hombre- quien ha vencido es la naturaleza. Porque si el hombre
deteriora la ecosfera a tal grado que no pueda sostener la vida humana (y otras
formas de vida, como ya ha sucedido), la especie humana desaparecerá del planeta,
pero la ecosfera recuperaría su salud en algunos millones o miles de millones de
años para seguir su vida sin nosotros o nuestros descendientes. Tenemos que
tornar a una forma más sabia de producción y de convivencia entre nosotros y en la
ecosfera. Una forma más sensible, compleja y simbiótica con respecto al resto de la
naturaleza.
Llevamos 28 años pregonando esto desde la cátedra universitaria, en los medios,
con las organizaciones civiles, con las autoridades y los industriales y las cosas no
han mejorado. Si acaso se han tornado más complicadas. Los avances han sido
apenas formales y conceptuales. Pero como somos incurablemente optimistas y
propositivos, , seguiremos intentando (pero sobre todo porque en ello nos vá la
vida).
medicina tradicional mexicana.
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PEDRO MEDELLÍN MILÁN
Profesor Investigador de la UASLP
Publicado en Pulso, Diario de San Luis
Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 12 de noviembre de 1998
San Luis Potosí, México.
URL:http://ambiental.uaslp.mx/docs/PMM-AP981112-4PrincipiosAmbientales.pdf
El año pasado celebramos el cumpleaños número 80 de Barry Commoner, un
profesor universitario excepcional. Commoner ha hecho varios de los aportes más
originales al conocimiento de la problemática ambiental moderna. Mucho antes de
que se hablara de desarrollo sostenible, fue uno de los primeros grandes críticos del
desarrollo tecnológico de este siglo, pero también un gran conceptualizador de la
integración entre la ecología -que en aquel entonces estudiaba principalmente los
ambientes naturales- y los problemas ambientales generados en los ambientes
construidos por el hombre.
Correspondió a Rachel Carson dar la voz de alarma en su famoso libro "La
Primavera Silenciosa" (1962) varios años antes de que Barry Commoner publicara
"El Círculo que se Cierra". Sin embargo fue en este libro donde Commoner expuso
en 1972 lo que probablemente sigue siendo la explicación más lúcida del impacto
de las actividades del hombre en la ecosfera, que es la capa vital del planeta, con
sus complejas e infinitas interrelaciones entre los seres vivos que la pueblan y entre
éstos y su habitat. Pero sobre todo, este investigador todavía activo, dejó muy claras
las causas directas del deterioro ambiental y supo asociarlas con sus implicaciones
sociales, económicas y políticas. La asociación más contundente y directa fue con la
industria moderna y las características particulares que le han impreso la lógica del
mercado y la falta de democracia, que van de la mano de los descubrimientos
científicos y tecnológicos que alimentaron dicha industria.
En esta ocasión sólo quiero comentar lo que Commoner llamó las cuatro "leyes" o
principios de la ecología, pensados sobre todo en relación con lo que la gente, en
aquel tiempo, parecía no entender. Lo grave es que, según mi experiencia, esta falta
de entendimiento sigue ocurriendo, sobre todo en el caso de la inmensa mayoría de
las personas que tienen una responsabilidad institucional. A continuación comento
a mi manera estos cuatro principios, incluyendo información y conceptos que se
han generado en los 26 años transcurridos desde entonces y que refuerzan la
importancia de estos principios:
1.- TODO ESTÁ RELACIONADO CON TODO LO DEMÁS
La naturaleza es compleja y funciona a través de un sinnúmero de ciclos
interrelacionados que nutren toda su dinámica, le dan estabilidad y hacen que todo
sirva para algo. En la naturaleza no existe el concepto de desecho, mientras que en
los procesos industriales sí. Éstos son lineales, son impositivos, no cumplen una
función en los ciclos naturales, sino que los perturban y generan deterioro y
contaminación. Apenas ahora, tibiamente y con desgano, como no queriendo
tomarlo en cuenta, se están elaborando evaluaciones de impacto ambiental para
tratar de entender estos efectos antes de iniciar un proyecto productivo. Pero
frecuentemente esto se reduce a hacer las cosas como siempre o casi como siempre,
y viendo cómo ponemos parches por aquí y por allá. Seguimos siendo incapaces de
sustituir la soberbia y los intereses particulares con la prevención.
2.- TODO VA A DAR A ALGÚN LADO
Durante mucho tiempo se quiso pensar y actuar como si las descargas, emisiones y
residuos desaparecieran por arte de magia. Después se pasó a reconocer que sí se
incorporaban al ambiente, pero se suponía que se diluían de tal manera que su
amenaza desaparecía. Se decía que "the solution to pollution is dilution", esto es,
que la solución a la contaminación es la dilución. Mucha gente aún quiere pensar
así, y actuar como si esto fuera cierto, a pesar de que las evidencias dan ejemplo
tras ejemplo de lo contrario: el recalentamiento del planeta por la acumulación de
gases de invernadero; la gradual desaparición de la capa de ozono por la
acumulación de clorofluorocarbonos en la atmósfera (con el último incremento
anual, el agujero de ozono llegó a los 27 millones de kilómetros cuadrados, trece
veces y medio el territorio nacional); la acumulación de sustancias tóxicas en los
ríos, lagos y mares, en el aire y en los suelos; la lluvia ácida que se genera por la
acumulación de gases en la atmósfera (SO2, NOx) y que acidifica lagos y suelos; el
"smog" fotoquímico por acumulación de hidrocarburos, dióxidos de nitrógeno y
otros en el aire urbano, y de todo esto, daño y acumulación en los seres vivos.
Sumemos a esto la acumulación al deterioro ambiental: pérdida de suelos; pérdida
de bosques y otros ecosistemas naturales; pérdida de biodiversidad, esto es, de
especies animales y vegetales que se han extinguido por acción del hombre y que
jamás volverán a existir. Esta contaminación y deterioro son, casi todos y en un
grado importante, irreversibles.
3.- NADA ES GRATIS
Cualquier actividad que desarrollemos sobre la tierra para nuestro sustento,
bienestar o capricho, tiene un costo. Esto también se ha tratado de ignorar. El
resultado es que los costos ambientales no los paga quien los produce, sino que se
repercuten a todos en general y a quienes resultan directamente afectados en
particular. Inclusive se han dicho frases tan necias como "la contaminación somos
todos" que sólo tratan de enmascarar las verdaderas responsabilidades. Gran parte
de nuestras actividades productivas de la tecnología moderna serían
antieconómicas si los costos ambientales se interiorizaran, a más de que muchos de
estos costos ambientales son impagables: la pérdida de suelos agrícolas, la
contaminación irreversible de los mares, el sufrimiento de la gente dañada con
enfermedades etc. Por ejemplo, Barry Commoner calcula que si la industria
química de los Estados Unidos hubiera tenido que pagar la destrucción de todas las
sustancias tóxicas que produjo en 1990, habría pagado un monto diez veces mayor
que sus propias utilidades. Es decir la industria química de los EUA habría sido
incosteable si esta hubiera cumplido sus obligaciones ambientales.
4.- LA NATURALEZA ES MÁS SABIA...
El hombre dijo que dominaría la naturaleza y en esta lucha de poder y antagonismo
-así lo planteó el hombre- quien ha vencido es la naturaleza. Porque si el hombre
deteriora la ecosfera a tal grado que no pueda sostener la vida humana (y otras
formas de vida, como ya ha sucedido), la especie humana desaparecerá del planeta,
pero la ecosfera recuperaría su salud en algunos millones o miles de millones de
años para seguir su vida sin nosotros o nuestros descendientes. Tenemos que
tornar a una forma más sabia de producción y de convivencia entre nosotros y en la
ecosfera. Una forma más sensible, compleja y simbiótica con respecto al resto de la
naturaleza.
Llevamos 28 años pregonando esto desde la cátedra universitaria, en los medios,
con las organizaciones civiles, con las autoridades y los industriales y las cosas no
han mejorado. Si acaso se han tornado más complicadas. Los avances han sido
apenas formales y conceptuales. Pero como somos incurablemente optimistas y
propositivos, , seguiremos intentando (pero sobre todo porque en ello nos vá la
vida).
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