Vegetación de México
Imagen tomada de: http://permacultura.org.mx/images/mexico/principales_tipos_de_vegetacion_mexico_inegi.gif
En el enlace de este día, tenemos una pequeña descripción de los ecosistemas de México. Reordenalos de tal manera que tengas a la mano tus tres opciones de ecosistema predilecto y que quieras trabajar a lo largo del semestre. Será sólo uno pero posiblemente muchos compañeros desearán el mismo, por eso son tres opciones. Estudialo y subraya el tipo de flora y fauna representativo. Imprimelos y pegalos en tu cuaderno como monografías. Si puedes explora más imágenes de flora y fauna. Imprime también el cuadro 1, ya que dependiendo de los autores podemos tener aparentemente otros tipos de vegetación. También la figura del inicio de la República Méxicana.
Y en el caso de éxito comenta en tu cuaderno.
Vegetación de México |
Cuadro 1. Vegetación de México.
Equivalencias aproximadas entre los tipos de vegetación usados por distintos autores (modificado de Rzedowski, 1980.).
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Tomado de: http://www.ine.gob.mx/con-eco-ch/423-con-eco-veg-mex
Ahora sí los ecosistemas de México:
Los ecosistemas de México.
http://www.ine.gob.mx/con-eco-ch/382-hc-ecosistemas-mexico
Caso de éxito:
Premio Goldman 2008 para un campesino indígena mexicano: Jesús León Santos
El “premio ambiental Goldman” fue creado en 1990 por dos generosos filántropos y activistas cívicos estadounidenses Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman. Consta de una dotación de 150.000 USD ($2,154,000 M.N.) y se entrega cada año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos).
Hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medio ambiente de 72 países. En 1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio Nobelde la Paz en 2004. En esta ocasión el premio 2008 fue otorgado a Jesús León Santos.
Cuando Jesús tenía 18 años decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la “tierra del sol”. Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos, desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.
Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer los campos. Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas que le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas.
¿Cómo llevar el proyecto a cabo? Haciendo revivir una herramienta indígena también olvidada: El tequio, el trabajo comunitario no remunerado.
Reunió a unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: la erosión.
En esa región Mixteca existen más de 50.000 hectáreas que han perdido unos cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI. La cría intensiva de cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció la Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificación.
Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil. Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico, plantaron
alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua. Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria.
Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región. Sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es de las más resistentes a la sequía. Se planta entre febrero y marzo, que es la época mas seca del año, con muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece rápidamente.
Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido. Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra. Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y siembran unos 200.000 árboles anuales. Cada día hacen retroceder la línea de la
desertificación. Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos de madera y utensilios de uso corriente. Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento, de más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia para el riego de invernaderos familiares orgánicos.
El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.
En un mundo donde las noticias, con frecuencia, son negativas y deprimentes, esta historia ejemplar ha pasado desapercibida
tomado de: http://www.mensa.org.mx/blog/premio-goldman-2008-para-un-campesino-indigena-mexicano-jesus-leon-santos/
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