Evidencias
de Evolución, evidencias anatómicas
Chicos no he podido subir las imagenes pero ustedes las pueden encontrar. LAs subo mas tarde, por lo pronto el texto. Buen día.
Los estudios de anatomía
comparada ponen de manifiesto que las especies que integran cualquiera de los
grupos taxonómicos superiores (Phylum, clase, orden, etc.) tienen semejanzas
fundamentales en su estructura básica, en los patrones de desarrollo
embriológico y en la unidad bioquímica (moléculas orgánicas como las proteínas
y el ADN), mostrando una ascendencia común. Este tipo de relación se conoce
como homología y es la base
principal para clasificar a los sistemas vivos de acuerdo con sus afinidades filogenéticas.
Tipos de evidencias
anatómicas
Órganos
homólogos.
Por ejemplo, la pata del
caballo, el ala del murciélago, las aletas de una ballena están constituidas
sobre la base de un mismo patrón, que incluye los mismos huesos en posiciones
relativas similares. Los miembros con cinco dedos son homólogos en la medida
que constituyen una similitud entre especies, que no está justificada funcionalmente,
pues la pata del caballo sirve para caminar, el ala del murciélago para volar y
la aleta para nadar. Para los biólogos evolucionistas, es la evidencia del
origen común de estos grupos, a partir de un antecesor que tenía cinco dedos,
si las especies hubieran sido creadas separadamente sería imposible interpretar
esta coincidencia.
Órganos vestigiales
En algunos casos, un órgano
se reduce durante la evolución e incluso puede perder su función; a estos
órganos se les conoce como vestigiales o rudimentarios. Por ejemplo, los
músculos de la oreja son de poca utilidad para el hombre, pero en otros animales
como el perro y el murciélago les permiten dirigir las orejas en dirección del
sonido sin mover la cabeza. Otro ejemplo se observa en las grandes serpientes pitón,
que por debajo de la piel tienen pequeñísimas estructuras óseas como vestigio
de patas posteriores presentes en reptiles primitivos. En las plantas; por
ejemplo, encontramos las hojas y los zarcillos de la uva y la calabaza.
Órganos
análogos
A través de los estudios de anatomía
comparada también se pueden distinguir analogías entre estructuras que por su
uso o función parecen ser semejantes, sin embargo, su origen es completamente
diferente. Por ejemplo, el caso de las alas de los insectos y las alas de los
murciélagos; en los primeros se desarrollan a partir de las cubiertas
exteriores del cuerpo, mientras que en los murciélagos son el resultado de una
adaptación al vuelo de los miembros anteriores (manos), no obstante, en ambos
casos sirven para el vuelo.
Convergencia. Los tiburones,
ictiosaurios y delfines (nadadores veloces) son similares en la forma general
del cuerpo, pero sobre todo son similares en las aletas (extremidades
anteriores modificadas en el ictiosaurio y delfín y aletas pectorales en el
tiburón) que les sirven como estructura natatoria, que les proporciona
estabilidad, y que son estructuras análogos (análogo significa similar) y han
sido desarrolladas porque son organismos que ocupan ambientes muy semejantes
(ver figura 12). Ambientes similares imponen presiones de selección similares y
promueven el desarrollo de adaptaciones también similares. A esto, es a lo que
se le llama evolución convergente, que es cuando en especies diferentes aparece
una característica similar, pero los linajes de estas especies están separados
por un período amplio de tiempo. Las alas de insectos, aves y murciélagos,
desempeñan una misma función, pero no presentan una estructura subyacente
común, debido a que estos órganos no derivan evolutivamente del mismo órgano en
un ancestro común. Por ejemplo el ojo de pulpos y calamares es muy parecido al
de mamíferos, pero no son un caso de homología, sino de analogía, ya que tienen
un origen evolutivo diferente, ya que los ojos en ambos grupos (moluscos y
mamíferos) surgen embriológicamente de tejidos distintos.
Figura 12. Evolución Convergente en tres
depredadores marinos de natación veloz
Paralelismo. Se produce evolución paralela, cuando dos o
más linajes distintos evolucionan a lo largo de líneas similares, de modo que
los cambios morfológicos en una de ellas tiene su paralelo en un cambio similar
en la otra, generalmente como respuesta a oportunidades o exigencias
ambientales similares. El paralelismo implica tanto homología como analogía.
Según Simpson (1961) “El paralelismo es el desarrollo de caracteres similares
por separado en dos o más líneas de origen común y basándose, o estando
canalizadas, en características de dicho antepasado”.
La mejor forma de encontrar paralelismos es comparar
habitantes de comarcas parecidas que se encuentre geográficamente separadas. La
comparación de los mamíferos de Australia con los del resto del mundo (ver
figura 13) y la comparación de la historia de los mamíferos de América del
Norte y América del Sur son los mejores ejemplos.
Los mamíferos se dividen en tres grupos; monotremas,
marsupiales y placentarios. Los dos últimos grupos divergieron muy al principio
de la evolución de los mamíferos. En los marsupiales, que son más primitivos
que los placentarios, el embrión se conserva dentro del útero por un corto
tiempo, y después del nacimiento, se traslada a una bolsa abdominal de la madre
llamada marsupio, donde completa su desarrollo, fijándose al pezón. En cambio
en los placentarios, el embrión obtiene su alimento a través de la placenta y
nace hasta que ha alcanzado un nivel de desarrollo elevado. La distribución
planetaria de los placentarios es muy amplia y alcanza a todos los continentes,
aunque su distribución en Australia estuvo restringida hasta hace relativamente
poco tiempo, mientras que la distribución de los marsupiales es abundante en
Australia y muy poco representada en otros continentes. Los marsupiales se
piensa que se originaron en América del Norte durante el cretáceo medio y se
distribuyeron hacia América del Sur, pasaron al continente Antártico que era
mucho más cálido que en la actualidad por su posición más al norte y
posteriormente llegaron a Australia al comienzo del Eoceno hace 50 millones de
años, y para el mioceno medio unos 5 millones de años más tarde, Australia se
separó de la Antártida, emigrando hacia el norte.
Los marsupiales tuvieron una amplia radiación adaptativa
en América del Sur y Australia. La principal razón de su éxito adaptativo fue
que no hubo placentarios que rivalizaran con ellos en la lucha por ocupar los
nichos ecológicos existentes. En Australia los marsupiales ocuparon una gran
cantidad de nichos y llegaron a formar un gran número de especies, entre las
que se encuentran muchos animales que tienen su equivalente ecológico en otras
partes fuera de Australia y que tienen la apariencia y forma de vida semejante
a placentarios, como los que tienen parecido a lobos, topos, ardillas, marmotas
y roedores, y como en Australia no existen caballos, antílopes o equivalentes,
su lugar es ocupado por los canguros, que son sus equivalentes ecológicos. Los
únicos placentarios bien representados en Australia son los murciélagos, que
pudieron llegar volando, y por tal razón, no existen marsupiales que sean
voladores y que ocupen ese nicho. Australia se ha conservado como
continente-isla durante mucho tiempo, por lo que favoreció la radiación
adaptativa de los marsupiales, formando organismos semejantes a los
placentarios de los otros continentes.